Noticias - 12 de enero de 2021

Cómo la normativa medioambiental puede "hacer o deshacer" las innovaciones de las tecnologías limpias

Martillo de madera

Escrito por Tristan Lebleu 5 min lectura

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Los innovadores de las tecnologías limpias se han esforzado por encontrar soluciones a algunos de los mayores problemas medioambientales del mundo. Materiales alternativos, energías renovables, procesos de economía circular, tecnologías de captura de carbono... Es muy prometedor ver la cantidad de creatividad e innovación en el sector de las tecnologías limpias. Pero incluso una vez que han encontrado una gran idea, un producto que encaje en el mercado, un equipo y dinero, los innovadores de las tecnologías limpias siguen enfrentándose a un gran reto: la normativa.

Aunque este es el caso de cualquier tipo de innovación, es especialmente cierto cuando se trata de tecnologías limpias, ya que a menudo operan en mercados e industrias muy regulados. Muchos de estos marcos legislativos se basan en las tecnologías e innovaciones del siglo pasado y están anticuados, lo que impide que las soluciones tengan un impacto a escala.

Dicho esto, la modernización de la normativa medioambiental también puede estar del lado de la innovación, ya que impulsa nuevas tecnologías en el mercado. Al imponer nuevas normas, levantar algunas restricciones, prohibir determinados productos y procesos o establecer objetivos más estrictos en materia de emisiones y contaminación, la normativa puede cambiar las prácticas de todo un sector en un breve periodo de tiempo. Con los nuevos marcos legales, las empresas no tienen más remedio que recurrir a la innovación para cumplir las nuevas normas.

Con cerca de 1000 soluciones etiquetadas por la Solar Impulse Foundation, hemos preguntado a nuestra comunidad de innovadores por algunas barreras legales que les impiden implementar sus tecnologías a escala, y cuáles les han ayudado a entrar en el mercado. Los siguientes casos de uso son algunos ejemplos concretos de estas situaciones.

Construir tu propio invernadero: una pesadilla de papeleo

En los últimos treinta años, los consumidores han estado cada vez más desconectados de sus alimentos, con productos que llegan de todo el mundo, transformados, envasados y procesados. Este sistema produce tanto residuos como contaminación. Un número creciente de personas ha mostrado su interés por volver a conectar con su comida.

El cultivo de alimentos a nivel local podría ser parte de la solución para construir un sistema alimentario más sostenible, ya que la gente demanda productos frescos y más saludables. Tecnologías innovadoras, como Solar Impulse Efficient Solution Myfood, han desarrollado invernaderos inteligentes para particulares. Estas soluciones suelen alimentarse con energía renovable y pueden gestionarse a través de una app para lograr una alta eficiencia en la producción, lo que permite a los consumidores cultivar frutas y verduras ultrafrescas y de temporada durante todo el año.

Sin embargo, en Francia, instalar una nueva construcción, incluso tan pequeña como un invernadero de jardín, no es tan fácil como parece. La normativa para la instalación de un invernadero de jardín es la misma que para cualquier construcción, del mismo modo que una piscina o un garaje. Por tanto, hay que presentar un expediente de autorización previa o una licencia de obras si el invernadero mide más de 5m2. Se trata de trámites complejos que cuestan tiempo y dinero. De hecho, la obtención de un permiso de construcción está sujeta a un impuesto de urbanización, a veces denominado impuesto de "casetas de jardín".

Apoyando claramente las iniciativas de autogeneración de alimentos ecológicos, eliminando algunos de estos trámites y eximiendo del impuesto de urbanización a la instalación de un invernadero de hortalizas, el gobierno podría eliminar las barreras que impiden a los consumidores cultivar sus propios productos locales y frescos. Esto podría ser decisivo para promover el despliegue de nuevas pautas de consumo alimentario sostenible. Una solución como Myfood, que actualmente ha instalado más de 300 invernaderos inteligentes en Francia, podría sin duda beneficiarse de la modernización de las normas sobre invernaderos.


La retroalimentación de los vehículos por fin es legal

2020 ha sido un año histórico para los vehículos eléctricos. Las ventas de nuevos vehículos eléctricos han experimentado un gran aumento, a pesar de la crisis. Y Noruega ha anunciado incluso que los coches eléctricos han alcanzado este año una cuota de mercado récord del 54%. Sin embargo, aunque esto muestra signos positivos de cambio hacia una movilidad limpia, una gran mayoría de los motores que circulan por las carreteras están alimentados por gasolina y gasóleo, lo que contribuye a las emisiones de carbono del transporte por carretera.

Existe una solución para convertir los viejos vehículos térmicos en eléctricos. Conocida como "retrofitting", consiste en mantener el exterior intacto, pero sustituyendo el motor y reemplazándolo por un motor certificado 100% eléctrico adaptado al vehículo. La principal ventaja del retrofitting es que permite ofrecer una segunda vida a vehículos que funcionan perfectamente, en lugar de destruirlos.

Carwatt, una Solución Eficiente de Impulso Solar que convierte vehículos industriales y especiales en vehículos eléctricos, utilizando baterías nuevas o de segunda vida, es una de las start-ups agrupadas en la asociación Aire. Durante muchos años, ha presionado para que se modifique la normativa relativa a la retroalimentación, que hasta hace poco era ilegal, a pesar de sus beneficios medioambientales.

En efecto, en abril de 2020, el sector francés de la retroadaptación obtuvo por fin un decreto que autoriza la transformación de los vehículos térmicos en eléctricos en Francia. Mejor aún, los vehículos así transformados se benefician de la nueva bonificación de reconversión prevista en el plan de apoyo al automóvil, con importes que ascienden a 5.000 euros. Según Aire, este cambio normativo tendrá un gran impacto en las empresas especializadas en la reconversión, ya que podría poner en circulación unos 65.000 vehículos reconvertidos de aquí a 2025 y crear más de 5.000 empleos directos e indirectos.

La prohibición del plástico de un solo uso empuja a las empresas a buscar alternativas

En 2019, el gobierno francés se fijó el ambicioso objetivo de lograr el fin de los envases de plástico de un solo uso para 2040. Este compromiso marcó el inicio de la lucha contra una de las mayores crisis medioambientales: la contaminación por plástico. Estudios recientes estiman que el 10% de la producción mundial de plástico acaba en el océano. La pandemia de coronavirus no ha hecho más que empeorar la situación. Para alcanzar su objetivo de 2040, el gobierno francés ha puesto en marcha una serie de medidas para prohibir progresivamente determinados tipos de artículos de plástico de un solo uso. Desde el 1 de enero, por ejemplo, se han prohibido las pajitas de plástico, los cubiertos, los agitadores, las tapas de los vasos para llevar y otros artículos.

Estas medidas están haciendo que las industrias se replanteen el uso del plástico y se vean obligadas a recurrir a la innovación. En un estudio realizado por Elispo en mayo de 2020, el 98% de las empresas encuestadas indicaron que querían continuar la transición hacia una economía circular. Una de las principales alternativas a los plásticos basados en combustibles fósiles son los plásticos de base biológica, que están ganando popularidad entre los industriales.

Lactips, una solución eficiente de Solar Impulse, desarrolla un material 100% biobasado y biodegradable que puede ser una alternativa a los plásticos basados en el petróleo. También es una innovación para crear valor por el exceso de producción de caseína, una de las proteínas que se encuentran en la leche. Este material es renovable, biodegradable y compostable. Su compatibilidad con las cadenas industriales actuales, su capacidad de impresión y sus propiedades de barrera a los gases satisfacen las necesidades de la industria y los consumidores. Gracias a medidas como la prohibición de los plásticos en Francia, ha despertado un creciente interés en las industrias.


Como demuestran estos pocos ejemplos, la normativa medioambiental es crucial para el desarrollo de las innovaciones de las tecnologías limpias. La prioridad en estos momentos no debería ser introducir nuevas normas, sino centrarse en adaptar los marcos legales actuales que juegan a favor de la innovación limpia, la tecnología, la competencia y que preparan el futuro de nuestra sociedad y economía. En esto se centrará la Fundación Solar Impulse en los próximos meses y años, haciendo recomendaciones políticas concretas a nivel local, regional y nacional, para acelerar la adopción de tecnologías limpias, eficientes y rentables.

Escrito por Tristan Lebleu en 12 de enero de 2021

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