Cumbre inaugural de la COP 28: El espejismo de la autoridad

En la sala plenaria de la COP 28, escuché atentamente los discursos oficiales de los Jefes de Estado en la apertura de la cumbre. Y tengo que decir que me pareció un poco triste. ¡Qué distancia entre las palabras y la realidad; entre las buenas intenciones y los resultados!

En Dubai, hablan de todo lo que les gustaría hacer. Mencionan todo lo que ya han hecho. Pero la realidad es que no podemos ver los resultados, ya que las emisiones de CO2 siguen aumentando, al igual que la contaminación. También la pobreza vuelve a aumentar en todo el mundo.

De hecho, estos líderes no son más que hombres y mujeres con cargas infernales sobre sus hombros. Algunos tienen guerras a sus puertas. Casi todos tienen problemas financieros, económicos, desempleo, inflación... Y aquí están, frente al mundo entero, con otro problema más con el que lidiar: el cambio climático.

Cuando los ves en la inauguración de la COP, turnándose en el podio en un protocolo impecablemente regulado, te llevas una impresión inquietante. Se diría que tienen mucho poder. Pero, ¿realmente lo tienen? Tal vez tengan mucho menos de lo que pensamos, sometidos como están a tantos vientos arremolinados. Los ecologistas por un lado, los intereses económicos públicos y privados por otro, por no hablar del imperativo de agradar para ser reelegido. Así, más que responsables que influyen, adivinamos a menudo a los árbitros de un partido entre varios equipos que no respetan necesariamente las reglas del juego.

En consecuencia, el poder reside en otra parte. Hablando con algunos de ellos, me di cuenta de lo atadas que tienen las manos y del miedo que les inspira la oposición, pública o privada, cuando llegan a casa.

Mientras tanto, el mundo no se detiene. Los problemas climáticos ya están superando los esfuerzos por remediarlos. Si seguimos así, sólo hay una salida, y no es muy feliz.

Irónicamente, los que hablaron más claro en la Cumbre no fueron los que tienen más poder, los responsables del destino de un Estado, por grande que sea. ¿Quién fue el que lanzó una acusación arrolladora contra los combustibles fósiles? El Secretario General de las Naciones Unidas, a quien se escuchó pero no se siguió. ¿Quién dio ejemplo prohibiendo las importaciones de productos derivados de la deforestación? La Unión Europea, una organización supranacional. ¿Quién habló con franqueza a las compañías de petróleo y gas, responsabilizándolas de la descarbonización? Fue el presidente de la COP 28, que es el jefe de una empresa de combustibles fósiles.

Si el poder está fragmentado, lo que hace falta es unir las piezas. Tener un solo equipo al que entrenar. Para superar la multiplicidad de retos a los que se enfrentan, los directivos necesitan herramientas que federen las fuerzas en juego.

Estas herramientas existen hoy en día. Las energías renovables, cuyo precio se ha desplomado, y las tecnologías limpias, que permiten realizar enormes ahorros financieros reduciendo los residuos. Esto debería unir a los partidos de izquierda, comprometidos en la defensa de los más desfavorecidos, y a los partidos de derecha, a quienes ofrecemos nuevas oportunidades industriales, sin olvidar a aquellos para quienes la prioridad es la soberanía energética.

Sólo queda utilizar el lenguaje adecuado. Promoviendo los beneficios de la acción por el clima en lugar de la urgencia de la misma, podrán unir a distintos sectores de la sociedad a la causa común. Hablando de soluciones rentables en lugar de problemas costosos.

Ahora les toca a los negociadores dar un paso al frente, al sector privado implicarse, a las instituciones presionar, y es esto, más que los discursos de apertura, lo que definirá el éxito de la Conferencia. Hablaremos más de esto en los próximos días, a medida que veamos los progresos realizados sobre el terreno. Y, sin descanso, seguiremos abogando por una ecología realista y eficaz.

En definitiva, estos dos días me han parecido más interesantes en el plano psicológico que en el puramente climático.

Publicado por primera vez por La Tribune, EFFE Verde y Forum Nachhaltig Wirtschaften.