Noticias - 16 de marzo de 2023

La Comisión Europea presenta por primera vez la Ley de Industria Neta Cero

- Foto de CE - Servicio Audiovisual

Escrito por Rémy Kalter

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Hoy se ha dado a conocer la propuesta de la Comisión Europea para la Ley de Industria Net Zero. Aunque se trata de la primera parte de un largo proceso de elaboración de un texto jurídico definitivo, es alentador ver que se introducen una serie de medidas que ayudarán a crear un entorno propicio para sacar al mercado las innovaciones en tecnología climática.

Lo que también señala este documento es la manera en que el clima se ha convertido en un ámbito mucho más serio y tangible para la acción política y económica. Esta ley es una respuesta a la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos, que fue en sí misma una respuesta a la decisión de Europa de que la transición ecológica sirviera de base para su futuro crecimiento económico.

Y a Europa le queda mucho por hacer. En un reciente informe sobre innovación en tecnologías críticas, China se sitúa a la cabeza en 37 de las 44 categorías, Estados Unidos en las demás y suele ocupar el segundo lugar en todas las demás.

Hay mucho que desentrañar en el documento, y ciertos elementos que deben desarrollarse más, como garantizar que los procedimientos administrativos y de concesión de permisos dejen de ser un obstáculo para la rápida ampliación de los proyectos de energías renovables. Hay que reconocer que se trata de un ámbito en el que la competencia es intensa y en el que la innovación es tan necesaria como en las soluciones de tecnologías limpias.

Otros aspectos interesantes del texto son los objetivos de producción nacional de tecnologías limpias en la UE. Esto coincide con el enfoque más proteccionista que estamos viendo en las principales economías con respecto al desarrollo de sus propias industrias nacionales y es quizás el indicador más fuerte de la importancia de la tecnología climática para las economías futuras. Como señala la propia Ley, "el mercado mundial de las principales tecnologías de fabricación en serie con balance cero se triplicará de aquí a 2030, con un valor anual de unos 600 000 millones de euros".

Esto puede enviar señales claras al mercado, pero debe apoyarse con otras medidas que estimulen la adopción de estas tecnologías. En este documento se incluyen tres interesantes;

  • Cajas de arena reguladoras permiten probar las innovaciones en condiciones "reales" antes de extenderlas a poblaciones más amplias.

  • Los valles de la industria Net Zero: Lugares geográficos donde será más fácil instalar fábricas y donde se acelerará la tramitación de permisos. La normativa administrativa suele considerarse un impedimento para la rápida adopción de la tecnología climática.

  • Academias de la industria Net Zero: Básicamente, necesitamos más gente con los conocimientos necesarios para hacer el duro trabajo de "desarrollar, producir, instalar, poner en marcha, operar, mantener y reciclar productos y componentes de tecnología limpia", como dice el texto. Aunque esta medida no se limita en absoluto a la contratación pública, es fundamental para el punto antes mencionado sobre la contratación pública, ya que a menudo se nos dice que uno de los retos es simplemente contar con personas capaces de evaluar si una tecnología cumple sus objetivos medioambientales. Así que su inclusión en el texto es fundamental.

Un último elemento que, por desgracia, no es el tema más apasionante pero puede tener enormes ramificaciones es la aplicación de la "contratación pública verde". Cada año en Europa, un cuarto de millón de autoridades públicas gastan alrededor del 14% del PIB - unos 2 billones de euros - en la compra de servicios, obras y suministros. Si se puede aprovechar esta financiación para garantizar la integración de las preocupaciones climáticas y medioambientales, se puede crear un enorme impulso.

Está claro que estas medidas deben aplicarse de forma coordinada, ya que cada elemento refuerza el beneficio potencial del otro. Europa lleva varios años trabajando en esta dirección. Quizá una de las mejores señales para saber si está funcionando sea que otras potencias mundiales empiecen a aplicar su propia legislación con visión de futuro. Tal vez sea el mayor cumplido que pueda hacerse. Estaremos muy atentos a la evolución de las negociaciones, a las que nosotros mismos contribuiremos como parte de nuestra atención constante a la legislación necesaria para hacer realidad la transición ecológica.

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