Los líderes empresariales se comprometen a una recuperación económica limpia

Por Bertrand Piccard y los socios de la Fundación Solar Impulse

La crisis de COVID-19 no ha terminado. Muchas personas siguen sufriéndola y, sin embargo, ya hay voces que reclaman la vuelta a la normalidad. Pero, ¿qué es la normalidad? Antes de la crisis, ¿era la situación algo parecido a la "normalidad"? Nuestra sociedad era frágil, nuestro modo de vida era insostenible y creaba desigualdades. Nuestras economías, ya afectadas por el cambio climático, están ahora gravemente amenazadas por una fiebre viral.

¿Es ésta la sociedad a la que queremos volver? Si la crisis nos lleva a un nuevo mundo, ¿cómo será? Por todas partes florecen artículos de opinión, análisis y opiniones sobre estas cuestiones esenciales, como si lo único que tuviéramos que hacer es desear que ocurra.

Una economía más sostenible

Nosotros, la Fundación Solar Impulse y las empresas que la apoyan, no nos limitamos a desear un mundo más sostenible, sino que nos comprometemos a ponerlo en práctica mediante acciones muy concretas.

Los socios de la Solar Impulse Foundation representan más de un millón de puestos de trabajo en todo el mundo y una parte considerable de la economía mundial. Nuestras actividades permiten a las personas alimentarse y vestirse, moverse, viajar y entretenerse, vivir experiencias, calentarse. Fabricamos equipos sanitarios, productos de uso cotidiano y artículos de lujo, materias primas y neumáticos; gestionamos productos financieros y construimos infraestructuras; proporcionamos energía y ayudamos a la gente a utilizarla de forma eficiente.

Como actores principales del mundo económico e industrial, somos plenamente conscientes de nuestro papel en la sociedad. Por eso haremos todo lo posible para construir un mundo mejor después de esta crisis: un mundo más limpio, más sostenible, más justo, más eficiente y más respetuoso con la biodiversidad y el clima. A pesar de la crisis que nos azota, al igual que otras miles de empresas, estamos comprometidos con el cumplimiento de nuestros objetivos sociales y medioambientales, promoviendo la alimentación sostenible y asequible, las energías renovables, los productos procedentes del comercio justo, la reducción de nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, los procesos de economía circular y la eficiencia de los recursos.

Aprovechar las tecnologías limpias y rentables

¿Cómo lo haremos? Utilizaremos las tecnologías limpias que se están desarrollando en todo el mundo, tecnologías que la Fundación Solar Impulse lleva varios años seleccionando, apoyando y promoviendo a través de su Reto de las 1000 Soluciones. Hay miles de ellas, en los ámbitos del agua, la energía, las infraestructuras, la movilidad, los procesos industriales y la producción agrícola.

"El mercado industrial del siglo es sustituir los sistemas antiguos y contaminantes por otros modernos, limpios y eficientes"Bertrand Piccard, Presidente de la Fundación Solar Impulse

Hacemos este compromiso tanto por la economía como por el planeta. En efecto, estas tecnologías limpias no sólo son beneficiosas para el medio ambiente, sino que se han convertido en rentables desde el punto de vista económico. Al permitirnos consumir energías renovables menos costosas, hacer más eficientes nuestros procesos industriales, reducir los residuos y la contaminación y mejorar el reciclaje, estas soluciones limpias y rentables son una formidable palanca de crecimiento económico cualitativo, más que cuantitativo. Hacen posible un nuevo sistema económico basado en la sustitución de productos y procesos contaminantes por otros eficientes y sostenibles, un sistema en el que consumimos mejor, en lugar de consumir más.

Nuestra visión común es la de un mundo que ya no enfrenta los intereses de los activistas medioambientales con los de los grandes actores económicos e industriales. Tenemos los mismos objetivos: crear puestos de trabajo, participar en el bienestar social y mejorar la calidad de vida en este planeta.

Aunque algunas personas se alegran de que el cese de las actividades humanas provocado por la pandemia haya reducido la contaminación, la situación actual es un ejemplo perfecto de cómo una recesión económica puede ser desastrosa para millones de personas. Nuestro objetivo común es construir un mundo en el que la prosperidad de nuestras sociedades vaya de la mano de la de nuestro planeta.

Políticas medioambientales ambiciosas

Las tecnologías para lograrlo existen; ya estamos empezando a utilizarlas. Pero necesitamos que se generalicen. Por eso pedimos unánimemente a los gobiernos que apliquen políticas medioambientales ambiciosas, con estrategias claras y trayectorias sectoriales que nos den la seguridad necesaria para invertir en el futuro. El marco jurídico y legislativo debe evitar la distorsión de la competencia entre los que muestran un espíritu pionero y los que siguen actuando como si la crisis medioambiental no existiera.

La crisis de COVID-19, aunque sea muy terrible, es una oportunidad para reconstruir un nuevo modelo económico e industrial sostenible. Nosotros, la Solar Impulse Foundation y sus socios, nos comprometemos a ponerlo en práctica y les pedimos que hagan lo mismo.

Este comentario ha sido redactado por los socios de la Fundación Solar Impulse:
Bernard ArnaultPresidente y Director General de LVMHPierre-Etienne
Bindschedler, Director General de SOPREMAJean-Laurent
Bonnafé, Director General de BNP ParibasJean-Pierre
Clamadieu


, Presidente del


Consejo de Administración de ENGIEIlham
Kadri, Director General y Presidente del Comité Ejecutivo de SolvayGeorges
Kern




, Director General de Breitling,




BreitlingFlorent
Menegaux
, Director General
de Michelin y Presidente de Movin'OnBenoît
Potier

,

Presidente y Director General de Air LiquideAnne
Rigail


,


Directora General de Air FranceMark
Schneider



,



Director General de NestléMarkus
Steilemann




,




Director General de CovestroJean-Pascal
Tricoire





,





Presidente y Director General de Schneider Electric

Bertrand Piccard es Presidente de la Fundación Solar Impulse.

Este artículo de opinión se publicó originalmente en el Financial Times. Lea la versión original.